Pánico
Julia prepara la cena mientras escucha una noticia sobre alguien llamado Luís Gómez -encargado de mantenimiento de la antigua biblioteca- que descubrió una sala abandonada donde aún quedaban diccionarios antiguos, de los que contenían las palabras prohibidas. Existen fundadas sospechas de que se llevase algún ejemplar a casa y lo utilizase en el ámbito familiar. La investigación se inició a raíz de una denuncia presentada desde la escuela, donde se detectó hace unas semanas vocabulario ilegal en las libretas de sus hijos. Hoy ha pasado a disposición judicial después del registro realizado en su domicilio. La noticia finaliza con la demanda de colaboración ciudadana para que no se repitan situaciones similares.
Julia retira del fuego el recipiente donde está cocinando la sopa de letras y la tira a la basura.
